En las empresas no faltan ideas, falta método y foco para convertirlas en negocio

Al menos en mi experiencia, lo he comprobado en más de una ocasión, la mayor parte de las empresas suelen tener planes y proyectos inspirados en muy buenas ideas; lo digo en plural porque casi siempre tienen una lista de buenas ideas, que han intentado sin éxito o que se han quedado en el tintero o por falta de recursos o por no encontrar el ambiente adecuado para realizarlas.


Cuando escuchas sus ideas, casi siempre es con un discurso más en modo de “venta” como para convencer de que ahí hay una oportunidad. Suelen poner ejemplos de lo que han hecho empresas similares en otras regiones o bien argumentar que ellos tendrían una gran oportunidad “si lo llegaran a intentar” pero…

Con ese gran pero… comienzan a explicar una lista de buenas razones para explicar porque no lo han hecho: que si la crisis, que si los proveedores, que si el chino de turno, que si los empleados, que si la falta de recursos, que si la falta de tiempo, y un largo etcétera para justificar el porqué no, poniendo la causa lejos de su poder de decisión, porque si por ellos fuera, y el ambiente hubiera sido favorable son toda seguridad lo hubieran hecho.


Mi hipótesis es la siguiente: en la mayor parte de los casos, en las empresas abundan las buenas ideas y lo que suele faltar es un método o métodos para convertirlas en proyectos viables y en implementarlas exitosamente para que lleguen a ser líneas de negocio rentables.

Desde mi punto de vista, cuando no existe un responsable, una agenda y un presupuesto que permita convertir las ideas en negocios aterrizados, suelen tardar mucho tiempo y perder la oportunidad, o bien se quedan inconclusos porque los resultados iniciales no fueron los esperados o porque las dificultades encontradas superan las buenas intenciones. En el fondo lo que suele faltar es un método para ir de la idea a la acción con suficientes posibilidades de éxito.

¿Qué podemos hacer entonces en una organización para materializar las ideas y para hacerlo con buenas posibilidades de éxito?

Tener un método para identificar, filtrar, desarrollar, validar, concretar e implementar ideas de negocio es algo que todas las organizaciones necesitan desarrollar. Si bien las empresas evolucionan y requieren de esta renovación constante, hoy se ha hecho verdaderamente indispensable tomando en cuenta la velocidad con la que se transforman los hábitos de consumo de personas y empresas.

No contar con un método, es algo así como comenzar a cocinar un plato sofisticado sin una receta o sin un tutorial en YouTube al menos. También es cierto que existen ejemplos de ideas que fueron lanzadas sin probar nada y que son grandes éxitos, y ahí suelen ponernos de ejemplo a todos los unicornios tecnológicos de Silicon Valley; pero seamos sinceros, esos casos icónicos son un puñado de ejemplos contra la gran multitud de proyectos fracasados.

Si tienes el talento y la intuición de Zuckerberg o si tienes la intuición de tu abuelito que sin preparación alguna formó un emporio, ¡adelante! ¡no te detengas y llega lejos! Pero es más probable que termines en la larga lista de proyectos fracasados, y no por ser pesimista sino por ver las estadísticas.

¿Qué aporta el método? Un modelo sistemático que te permite probar paso a paso la idea en distintas etapas para ver si pasa todos los filtros que incrementan las posibilidades de éxito de un modelo de negocio.

¿Es garantía usar un método? No es garantía, en esta vida lo único garantizado es la muerte y los impuestos.

¿Para qué sirve entonces un método? Para aprender de los éxitos y los fracasos. Para monitorear las evidencias de avance en cada etapa del proyecto y detener antes de tiempo un proyecto que no da evidencias de que tenga posibilidades, detenerlo antes de meterle más tiempo y dinero.

Nada hay más duro que la realidad del mercado y la decisión de los clientes en ponerle dinero o no a un satisfactor de sus necesidades. Ese someterse al escrutinio de los clientes de forma anticipada, es la función de los métodos, ya que permite ponerse en un modo de prueba constante para hacer los ajustes necesarios antes del momento de la verdad

Son tres elementos claves lo que incrementan las posibilidades de tener éxito en los proyectos de ideas de negocio:

1) Equipo de proyectos. Dependiendo de la organización puede ser una persona o un equipo especializado en el desarrollo de proyectos y en la gestión de un portafolio sí es el caso de que tengan más de un proyecto. De preferencia este equipo de proyectos no debe tener responsabilidad operativa porque lo más probable es que su carga de trabajo y su foco sea un impedimento de fondo para el desarrollo de ideas fuera del corebusiness.

2) Modelo de trabajo. Sin un modelo de trabajo que permita avanzar periódicamente en los proyectos suelen quedar sometidos al ritmo del día a día y terminar ahogados en la irrelevancia desde la perspectiva de la visión actual

3) Métodos adecuados. No existen métodos mágicos, cada uno tiene su propósito y su etapa. Cuando te venden un método como “El Método” será buen motivo para desconfiar de él. En la práctica los métodos se amalgaman con diferentes propósitos según el proyecto y su etapa, pero algunos se han vuelto prácticamente indispensables para cualquier intrapreneur que quiera desarrollar su función de forma eficaz: Design Thinking, Customer Development y Lean Startup. También se ha vuelto indispensable contar con una buena base de Scrum y de Growth Hacking.
Un concepto que conviene señalar, es el concepto del MVP que, aunque algunos autores difieren ligeramente en su concepto, es indispensable para probar realmente en el mercado cuando un producto/servicio están listos para comenzar el esfuerzo comercial sistemático. Es esa versión lo suficientemente completa para comenzar el esfuerzo comercial continuo y terminar de validar y/o pivotear antes de su proceso de explotación.

4) Presupuesto. Sin presupuesto independiente de la operación, será muy difícil hacer cualquier gasto necesario por pequeño que sea; sin la gasolina suficiente, ni el mejor auto, ni el mejor piloto podrán avanzar ni llegar a la meta.

5) Métricas. Los proyectos y los portafolios necesitan métricas para saber si se van cumpliendo los objetivos trazados o no. Es importante señalar que las métricas para el desarrollo de proyectos poco tienen que ver con las métricas clásicas de una empresa en funcionamiento. Querer analizar rentabilidad futura de un proyecto en fase temprana será similar a pedirle a Cristóbal Colón un mapa para llegar a América antes de salir de España en su primer viaje, parafraseando a mi buen amigo Néstor Guerra.

Desarrollar proyectos rentables con perspectivas de crecimiento para una organización es algo más que tener buenas ideas. De nada sirve una lista de buenas ideas sin herramientas y capacidades para convertirlas en realidad. No es un asunto de suerte, es un asunto de método y de aprender de los errores para construir sobre ellos.

Las organizaciones que desarrollan esta capacidad de construir por sí mismas su futuro desarrollando sus nuevos modelos de negocios, a la par de operan eficazmente su modelo actual son las organizaciones ambidiestras. El mundo de la empresa avanza hacia allá.
Jorge Peralta
@japeraltag
www.idarialab.com
@idearialab


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Jorge Peralta
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May 9 · 5 min read
https://medium.com/@japeraltag/en-las-empresas-no-faltan-ideas-falta-m%C3%A9todo-y-foco-para-convertirlas-en-negocio-3e570e126b27

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