Este Día Mundial del Hábitat 2020, celebrado en plena pandemia, insiste, ante la evidencia actual, en la necesidad de tener un hogar digno como base del bienestar, la salud y la seguridad de las personas y del mundo
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CARMEN SÁNCHEZ-MIRANDA
Madrid 5 OCT 2020 - 17:24 EDT
La emergencia sanitaria provocada por la covid-19 está agravando un problema global de alojamiento. La vivienda inclusiva, asequible y adecuada es la clave para la transformación sostenible de nuestras ciudades y comunidades. Sin una casa adecuada, no es posible seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias de distanciamiento social y buenas prácticas de higiene, y alrededor de 1.800 millones de personas, más del 20% de la población mundial, carecen de una vivienda adecuada. Mil millones de ellas residen en asentamientos informales y más de 100, no tienen hogar. Para 2030, el número de residentes en viviendas inadecuadas podría aumentar a 3.000 millones.
Los ciudadanos y ciudadanas más afectados en esta pandemia son las que habitan en barrios marginales y asentamientos informales. Además del estresante entorno de confinamiento en viviendas pequeñas y hacinadas, la interrupción de las redes de protección y la disminución del acceso a los servicios aumentan el riesgo de violencia para mujeres y niños. La prevalencia del estrés y las condiciones de vida insalubres también contribuyen a la mala salud de todos.
Durante toda la pandemia, muchos gobiernos, a todos los niveles, han puesto en marcha mecanismos para proteger a los más vulnerables, incluidas medidas para abordar la falta de vivienda y los desalojos, así como la prestación de servicios sanitarios básicos. Sin embargo, hay que pensar más a largo plazo y repensar las actuales políticas de vivienda, ya que son éstas las que influirán significativamente en el éxito o el fracaso de las áreas urbanas en el futuro.
Las ciudades deben integrar a los vulnerables, pobres y excluidos en el desarrollo urbano general.
La covid-19 ha puesto de relieve la paradoja de la vivienda: en un momento en que las personas necesitan refugio con urgencia, millones de apartamentos y casas están vacías. La mejora de los barrios marginales brindan la vía para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la implementación de la Nueva Agenda Urbana en las ciudades y pueblos. Los núcleos urbanos deben integrar a los vulnerables, pobres y excluidos en el desarrollo general.
En esta pandemia todos y todas jugamos un papel clave y la recuperación pasa por trabajar conjuntamente y encontrar soluciones para mejorar la vida y el bienestar de las personas, en especial de los más vulnerables. Y no dejar a nadie atrás.
Los gobiernos deben reformar las políticas, estrategias y legislación para encontrar soluciones de vivienda para todos y respetar, proteger y cumplir los derechos humanos en las ciudades. Deben poner a las personas en el centro de la toma de decisiones, asegurando la equidad y el cumplimiento de los Derechos Humanos.
Las organizaciones no gubernamentales deben ayudar a empoderar a las comunidades y garantizar que los gobiernos implementen una agenda inclusiva para los más vulnerables.
Las asociaciones publico-privadas son clave para impulsar el desarrollo inclusivo y brindar acceso a la financiación para el sector de la construcción, así como invertir en viviendas adecuadas y accesibles. El sector privado, además, tiene la capacidad de presentar e incluir innovaciones ecológicas, inclusivas, asequibles y escalables, y respaldar e invertir para hacer realidad los compromisos, visiones y estrategias de los gobiernos. Asimismo, los grupos de investigación y académicos deben proporcionar datos e innovación para identificar cuales son los retos y oportunidades que las ciudades generan.
El Día Mundial del Hábitat 2020 promueve la mejora de la vivienda y los barrios marginales como parte central de las funciones de las ciudades para satisfacer las necesidades de los residentes. La pandemia ha demostrado que las ciudades y los gobiernos locales de todo el mundo pueden avanzar hacia la reducción de las desigualdades y los niveles de pobreza y proporcionar acceso a una vivienda adecuada para todos, como catalizador para lograr otros derechos fundamentales.
Fuente
https://elpais.com/elpais/2020/10/03/seres_urbanos/1601712595_609620.html?fbclid=IwAR0Bp9FtF6g9JaaSjBdwrx6LhMUt_uQp2STiKgLcj-Nx1-Kq_a7ujkwH0Zc
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